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EL BEISBOL, UNA BENDICIÓN PARA ‘TALISMÁN’ GARCÍA

Apasionado futbolista y goleador del equipo de la secundaria en su pueblo natal Juan Jesús Ríos, Sinaloa, por azares del destino y debido a las circunstancias, el tiempo y la vida le indicaron al joven Heriberto García que el camino a seguir en el deporte estaba en el beisbol y no en el futbol soccer, en las paradas cortas y no en el eje del ataque.

A raíz que en su época no había tanta apertura y proyección como la hay ahora para el futbol, encontró un área de mayor oportunidad en el ‘rey de los deportes’, el cual, le permitió explotar sus cualidades al máximo y jugar a un nivel de altísima calidad.

Gracias a tres objetos tan sencillos como un guante, un bat y una pelota, García Osuna, actual manager de Indios de Ciudad Juárez, ha cumplido a lo largo del tiempo con los roles de pelotero activo, buscador de talento, coach, manager y gerente, ha conocido el éxito y ha cosechado numerosas amistades que hasta la fecha conserva.

Apodado ‘Talismán’, García integrante de la generación dorada de los bicampeones Tomateros de Culiacán en la Liga Mexicana del Pacífico en 1995-96 y 1996-97, anotador de la carrera del título para México en la Serie del Caribe de 1996 contra Venezuela, en República Dominicana, considera el beisbol en su vida como una bendición de Dios.

“El beisbol, para mí ha sido una bendición que Dios me dio. Me dio la oportunidad de jugar el deporte de mi preferencia, hacerlo al máximo nivel y creo que me ha brindado muchísimas satisfacciones y me quedo con el cariño de mucha gente donde he podido estar desarrollando mi trabajo a través de los años”, declaró.

Y aunque hubo una época en la que practicaba al mismo tiempo el beisbol y el futbol, este último en forma de ‘cascarita’ con sus familiares en la colonia, sin pasar por ningún equipo infantil debido a que su enfoque estaba puesto en el soccer, García empezó en el ‘deporte rey’, a los 15 años.

A esa edad jugaba Tercera Fuerza los sábados y Primera Fuerza los domingos y, en un lapso de un año militó en equipos de las tres categorías más importantes: Tercera, Segunda y Primera Fuerza.

“De ahí, me llevaron a entrenar a Yaquis de Ciudad Obregón. Mi ascenso fue vertiginoso, entonces quiere decir que algo tenía para el beisbol que pude desarrollar rápido y escalar de una categoría a otra”, destacó.

En 1987, Nicolás García, buscador de talentos de los Yaquis y manager del equipo de Juan José Ríos, en la Liga Clemente Grijalva, donde el pelotero jugaba, lo llevó al campo de entrenamiento de la escuadra obregonense.

Así comenzó la historia en la pelota profesional para García, quien en 1994 llegó a los Tomateros de Culiacán, club en el que jugó el rol de utility suplente que entraba al juego y respondía a la hora buena.

De ahí el apodo de ‘Talismán’ que el periodista Luis Alfonso Félix Gurrola le dio.

En la Liga Mexicana del Pacífico militó también con los Naranjeros de Hermosillo.

Jugó en el circuito de verano con los Reales de San Luis Potosí, Águila de Veracruz (dos etapas), Petroleros de Poza Rica, Mayas de Chetumal, Guerreros de Oaxaca y Rojos de Veracruz, en el lapso entre 1991 y 2003 en el que conectó más de mil hits.

DISFRUTA SU ESTANCIA EN JUÁREZ

A sus 53 años, luego de fungir como coach de primera base con los Mariachis de Guadalajara en 2021 en el cuerpo técnico de Benjamín Gil, a unas horas del arranque de los playoffs en la Liga Estatal, el mandamás de la tribu afirmó que disfruta la estancia en esta ciudad al frente de los Indios.

“Agradecerles la oportunidad. Estoy disfrutando este momento aquí en Ciudad Juárez. Sé que llegué con muchas expectativas de parte de ustedes, de parte mía no. Eso es más que obvio y es normal. Me gustan los retos. Nunca tuve miedo de venir a un lugar hasta cierto punto desconocido, el contexto, pero el beisbol sigue siendo beisbol y se juega con una pelota redonda en todos lados y casi casi con las mismas reglas”, señaló.

Los Indios recibirán esta tarde a los Mazorqueros de Camargo y García agradeció a Dios por la oportunidad que le dio de guiar a los indígenas a la postemporada.

Heber García, jurisdiccional de la Zona Uno, contactó y contrató al manejador con experiencia en el cajón de coach de México en las Series del Caribe del 2018, 2020 y 2021 para hacerse cargo de los indígenas.

“Le doy gracias a Dios que me ha dado la paciencia, la sabiduría para poder conducir este grupo de talentosos muchachos que tuve la dicha de tener. Afortunadamente los resultados se han dado de la mejor manera. Estamos en una muy buena posición, vamos a iniciar una etapa decisiva de la temporada que son los playoffs y afrontarlos con el mismo entusiasmo que lo hemos hecho”.

Desde su llegada a esta ciudad, García tiene como objetivo llevar a los Indios a la conquista del cetro estatal, algo que ningún timonel ha conseguido desde el año 2000, pero aclaró que esto se construye poco a poco durante la temporada, se avanza paso a paso y se consigue hasta el final.

SERIE DEL CARIBE 1996, EL MOMENTO MÁS SIGNIFICATIVO

Bajo la dirección del legendario manager Francisco ‘Paquín’ Estrada, los Tomateros de Culiacán lograron el título en la campaña 1995-1996 en la Liga Mexicana del Pacífico y, por ende. el derecho de representar a México en la Serie del Caribe.

En el juego por el título en la lamada ‘Serie Mundial Latinoamericana’, García Osuna anotó en extrainnings la carrera del triunfo y del título para la novena azteca contra Venezuela, en República Dominicana.

“Creo que ése ha sido el más significativo para mí. Creo que fue un momento muy especial por todo lo que representaba ese campeonato para la afición de Culiacán y de México en general. Después de 10 años de no lograr un campeonato en la Serie del Caribe, México regresó al primer lugar”, subrayó.

CIRUGÍA DE HOMBRO, EL EPISODIO MÁS TRISTE

Debido a una lesión en el hombro derecho que requirió cirugía, la carrera del  beisbolista sinaloense se detuvo repentinamente por un año, por lo cual, lo cataloga como el episodio más triste y complicado de su carrera en los diamantes.

“Sin duda, cuando tuve que entrar a un quirófano para una cirugía de mi brazo derecho porque de la noche a la mañana te para todo el proceso que tienes. Fue un proceso medio difícil porque paras todo y las rehabilitaciones siempre son difíciles, complicadas. Tardé un año para volver a jugar beisbol en el nivel que yo estaba jugando me hicieron una plastía, entonces, no se lo deseo a nadie”, comentó.

Aunado a la lastimadura, el trato de la familia del beisbol no fue el esperado por él, luego de vivir su mejor temporada en la Liga Mexicana de Beisbol.

“De la noche a la mañana, pierdes todo lo que has logrado. Cuando no puedes jugar, no te tratan como uno quisiera que lo trataran. Esas son de las cosas más tristes que puedes vivir como jugador porque venía de mi mejor temporada en verano”, recordó.

Tras recibir un pelotazo en una mano que le fracturó un dedo y que lo dejó en la banca a un mes del final de la temporada, García figuraba en quinto lugar de bateo en la Liga Mexicana, con un porcentaje de .360 milésimas.

“Al siguiente año regreso operado y como si no hubieras hecho nada en toda tu carrera, entonces, sí, fue triste, fue doloroso todo el proceso”, expuso.

TOMATEROS DE CULIACÁN Y SU CRECIMIENTO

Compartir el terreno de juego, el dugout y los viajes con peloteros de nivel Grandes Ligas o de sucursales en los Tomateros de Culiacán, le brindó a García la oportunidad de crecer en todos sentidos, tanto en el plano personal como en el deportivo.

“Primero que nada, creces como persona, creces como jugador, porque son tipos, más que buenos jugadores, son muy buenos seres humanos. A mí siempre me brindaron todo su apoyo y su respeto, sobre todo, porque ellos venían de Grandes Ligas y yo de Liga Mexicana, pero siempre tuve el apoyo de ellos”, apuntó.

El timonel indígena resaltó que creció como jugador porque se dio cuenta contra quiénes competía.

“A final de cuentas, siempre en un equipo hay una competencia en buena lid por ser jugador titular, entonces, yo aprendí muchísimo de esa generación, de gente muy talentosa, de gente que estaba en Estados Unidos en buen nivel, algunos en Grandes Ligas, otros en AAA y después llegaron a Grandes Ligas”, señaló.

Aparte del citado par de cetros en la pelota invernal y del título en la Serie del Caribe, la convivencia con este grupo de jugadores, le dejó muchos amigos.

“Fue una generación muy bonita, pero, sobre todo, fue una generación que me dejó muy buenos amigos”, expresó.

Entre ellos, mencionó a Benjamín Gil, con quien se ve, llama y mensajea y siempre están pendientes uno del otro, los hermanos Ever y Roberto Magallanes, José Silva, Rigoberto Beltrán, Rodrigo López y Guillermo Velázquez.

“Me tocó jugar también con Esteban Loaiza que es una gran persona, Jorge Campillo, enumerarlos a todos así ahorita como que se puede escapar alguien, Darrel Sherman, Matt Stark. Llegó mucha gente, extranjeros y mexicanos de muy buen nivel”, señaló.

NINGÚN JUGADOR POR ENCIMA DEL EQUIPO

En su decálogo como manejador, la máxima e intocable regla del ‘Talismán’ es que ningún jugador está por encima del equipo y todas las piezas son importantes en el grupo.

“Nadie está por encima de un equipo. Nadie es más que un equipo. Cada quien tiene su lugar y es importante para el equipo, cuando alguien interpone su figura por encima del equipo, entonces, ya las cosas no van bien. Este es un trabajo de equipo y como digo, nadie tiene que estar por encima de un equipo”, enfatizó.

LO QUE NUNCA LE HARÍA A UN PELOTERO  

Con base en la experiencia en el beisbol que le dejó su etapa como pelotero activo, el timonel sinaloense indicó que en la relación con los jugadores busca tratarlos como a él le hubiera gustado que lo hicieran.

“Trato de tratar al jugador como me hubiera gustado que me trataran a mí. Sé lo que puede sentir un jugador en determinado momento y creo que si no me gustó en ese momento, no me gustaría que alguien lo viviera”, apuntó.

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