¡Honor a quien honor merece!

Agradecido con Dios por el singular y enorme talento que le dio para jugar al beisbol, tanto para batear como para lanzar a la zurda, el legendario pelotero Enrique ‘Pelón’ Licón externó su emoción y alegría por la ceremonia de retiro de la camisola 23 de Indios de Ciudad Juárez que la jurisdicción de la Zona Uno a cargo de Heber García tiene preparada en su honor, hoy por la tarde.

Previo al juego dos entre la tribu y Algodoneros de Delicias, programado a las 19:30 horas en el Estadio Juárez, Licon Peña quien brindó lustre y brillo a la tribu en las facetas de jugador y manager, será el protagonista del evento especial llamado ‘El Día de Enrique ‘Pelón’ Licón’.

“Me siento una de las personas más orgullosas en este mundo porque gracias a mi padre Dios me dio las facultades de jugar al beisbol y traté de jugarlo lo mejor que pude. Este reconocimiento que se me hace es sumamente fabuloso, no hay palabas con qué describir eso y me da gusto que la gente, la afición se acuerde todavía de uno y retirar mi número. Eso es lo más bonito que puede dejar un pelotero”, señaló.

Horas antes de su distinción, Licón Peña, quien nació en El Paso, Texas, el dos de julio de 1951 e hizo toda su carrera beisbolística en esta ciudad, desde peloterito en la Liga Niños Héroes hasta que dio el salto a Primera Fuerza, evocó algunos de los capítulos de gloria que escribió en el terreno de juego, mismos que permanecen frescos en la memoria colectiva de los aficionados al ‘rey de los deportes’, como si hubieran sido ayer.

Uno de ellos, el sin hit ni carrera contra la Liga Minera de Parral, en 1968, año en el que debutó en el beisbol estatal de Primera Fuerza cuando aún era menor de edad (17 años).

“Cuando estás ahí jugando, estás pitcheando, estás concentrado nada más en el juego. No sabes si es la cuarta, la quinta, la sexta, la séptima y hasta que se acaba el juego y analizas ‘ahh canijo, tiré sin hit’. Empiezas a analizar todo lo que hiciste y es cuando te sientes a gusto, pero cuando estás en el juego no sientes nada, es sacar outs, sacar outs. Ésa es la cosa que hay que hacer”, expresó.

En las horas previas a la distinción a su ilustre carrera, Licón Peña, quien estuvo a punto de firmar con los Piratas de Pittsburgh -equipo que contrató los servicios del torpedero chihuahuense Mario Mendoza- en la década de los 70 y no lo hizo por diferencias económicas con José Luis ‘Chito’ García, habló de la hazaña que logró aquel 11 de septiembre de 1976, los cuatro palos de vuelta entera contra Mineros de Parral.

“Cuando los cuatro jonrones, venimos a la siguiente serie aquí contra Delicias y a la mitad, paran el juego para hacerme el homenaje de la semana pasada, de los cuatro jonrones. Se va a reanudar el juego y el que se queda a batear soy yo y la vuelvo a echar ‘pa fuera’ en el reconocimiento. Es una grandeza muy bonita”, resaltó.

Algo similar le ocurrió cuando los Indios viajaron a Parral y en el Estadio Valente Chacón Baca se preparó ese día una ceremonia de develación de una placa, por la referida proeza en la fecha arriba mencionada.

“Se paró el juego también a la mitad, se reanudó el juego, me quedo a batear yo y cual es la cosa que la vuelvo a echar ‘pa’ afuera’. Es una cosa que ‘ahh canijo’ me están haciendo un reconocimiento y todavía salgo yo con eso. Es una cosa grandiosa”, afirmó.

Campeón estatal en un par de ocasiones con los Indios en 1969 y 1974, Licón, un jugador predestinado al éxito, consideró al pitcher zurdo Rafael García su mentor y maestro para lanzar sobre el montículo, quien compartió sus secretos a la hora de lanzar con el entonces joven serpentinero.

“Mi profesor para mí aquí siempre fue el zurdo Rafael García. La gente nos ‘picaba’ que Licón contra García y ahí vamos. Me ganaba o le ganaba. A veces entrábamos casi juntos al -parque de beisbol- Canales y ya nada más entrando éramos enemigos, pas, pas, pas”, recordó.

Concluido el juego, en compañía de sus familias, García y Licón comían juntos.

“Nos veía la gente en el restaurant: ‘pos no que tan enemigos’. En el campo somos enemigos, aquí somos amigos”, respondía Licón.

Otro grandioso episodio que ‘Pelón’ escribió como lanzador fue aquel memorable duelo de pitcheo a 14 entradas que sostuvo con Juan Palafox, el 1 de septiembre de 1968, precisamente entre Indios y Algodoneros, en el estadio Jaime Canales Lira, en su año debut en la Liga Estatal.

“Fueron 14 entradas Juan Palafox y yo. Por cierto, le ganamos a ‘Juanito’, tremendo pitcher ese

‘chavalón’, muy bueno. Mis respetos para ese hombre, buenísimo”, mencionó.

Arriba de la loma de las responsabilidades, en 1971, Licón recetó 21 ponches en la justa estatal, un récord aún vigente y 23 en la Liga Juárez, en aquella época, la de mayor calidad en la ciudad.

Precisamente en el torneo regional de la Zona 1, Licón y Miguel ‘Mike’ Beltrán, representantes de la Liga Juárez y la Liga Fronteriza se enfrascaron en un duelo de pitcheo que se extendió a 16 entradas.

“Y eso le ganamos porque se torció a un lado de la espalda, si no, ahí estaríamos porque esa persona -Beltrán- tiraba precioso. Tiene el récord de 27 ponchados en la Liga Fronteriza. Fueron cosas muy bonitas, recuerdos preciosos, muy buenos”, destacó.

Licón Peña ‘colgó los spikes’ en 1981 y fue entronizado al Salón de la Fama del Deportista Juarense en 1996.

Colofón a su gran trayectoria en el ‘deporte rey’, en su faceta de manager, guió a los Indios de Juárez a la corona estatal en el año 2000, en una edición del estatal que no quería dirigir tras el título regional con Casa Hernández, pero una llamada de Manuel ‘Panela’ López, extinto presidente de la Zona Uno, en la que le indicó que el torneo llevaría su nombre, lo hizo cambiar de opinión.

Al final, el 22 de octubre del referido año levantó el trofeo tras siete emotivos juegos contra los Dorados de Chihuahua, el último de ellos con pizarra de 1-0.

*Información página del Salón de la Fama del Deportista Juarense

-“Me siento una de las personas más orgullosas en este mundo”

– “Gracias a mi padre Dios me dio las facultades de jugar al beisbol y traté de jugarlo lo mejor que pude”

– “Este reconocimiento que se me hace es sumamente fabuloso, no hay palabas con qué describir eso”

– “Me da gusto que la gente, la afición se acuerde todavía de uno y retirar mi número

– Eso es lo más bonito que puede dejar un pelotero”